2/20/2011

Sobre la melancolía


Hoy no quiero jugar en los columpios, tampoco veo en el chocolate la solución, hay las flores están hechas pedazos, y se asoma un diminuto rayo del Sol. Hoy Paris amaneció nublado, los niños no quieren salir a jugar, el pato se canso de hacer cuac…
Y de pronto una melancolía como la de los años 30 me comienza a inundar, una melancolía dulce, una melancolía suave, de esas que ya solo se encuentran en los noticieros viejos, en la tv en blanco y negro carente de sonido, en una heladería francesa… Con esto no quiero decir que antes todo era mejor, no, no lo creo así, más bien me gustaría vivir en una imagen sin tiempo, en una dimensión alterna, en otra realidad.
En otra realidad que sirva de escapatoria de vez en cuando para salir a jugar, un alivio para el alma, un suspiro para el corazón, en esta imagen sin tiempo guardaría todos los bonitos recuerdos, y no dejaría entrar lo malo, todos vendrían livianos y comeríamos tartas y tartas de fresa…
Algunos piensan que estoy loca al tener una idea así, otros piensan que estoy demasiado triste, pero lamento informarles que no es así, no os preocupéis aún no me voy a suicidar.
La melancolía se divide en géneros, al igual que las distintas ramas del alma, existe una melancolía como la que he descrito antes; una melancolía en la que se puede ser muy creativo, y que incluso puede volverse adictiva, y otra que te hunde y con la cual no te quieres ni mover, yo soy amante de la melancolía poética, la que te llena de versitos y cuadros bonitos.
Así que… la siguiente vez que te sientas melancólico toma un lápiz y papel que algo se nos ocurrirá, algo va a pasar… y lo presiento, será algo bonito y nuevo.

12/09/2010

El Otoño se va...


El tiempo pasa tan de prisa, las aspiraciones humanas se vuelven triviales, los besos se tornan insípidos, las manos se convierten en sal. Todo en constante movimiento, tú movimiento, mi movimiento.
¿Por qué Otoño es mi estación favorita?
Porque el otoño es una gama de sepias, y todo es alucinante, el otoño sabe a chocolate, y huele a tierra húmeda, el otoño suena a hojas secas, y me recuerda a una imagen sin tiempo El otoño tiene esa melancolía de los años 30, dulce, placida, esa melancolía que te hace querer más.
El otoño se puede tornar romántico, hace un frio soportable, o un sol ligero, cuando es otoño me gusta pasear sola por la ciudad, buscar pequeños parques que me hagan sentir en una fotografía de antaño, busco columpios viejos, sube y bajas desgastados… Me gustan los parques solitarios, me gusta pisar las hojitas que caen y mueren en el paso, me hacen pensar que aún muertas tienen una misión: Hacerme feliz, hacer felices a los demás, llenarnos de colores, y mantener la esperanza.
El invierno no me gusta tanto, a pesar de que es color azul pálido, sabe a agua-nieve, y huele a pino, a pesar que me recuerda a los pingüinos, también me parece demasiado mercantil, la gente se vuelve hipócrita, y los niños se vuelven buenos, y todo tiene signo de pesos. El invierno de Vivaldi me cautiva, y me hace soñar, pero no. Además siempre he sido friolenta, entonces no, el invierno no me gusta tanto.
La primavera es bonita, es color verde, y sabe a miel, huele a flores, y la ropa es de colores, cuando es primavera procuro la pradera y los bosques, me siento debajo de un árbol y pretendo dormir, pero nunca lo consigo… Si, la primavera es bonita.
El verano es color amarillo, el verano sabe a jugo, y huele a mar, lo que más me gusta del verano es que todos pretenden ser felices, creo que es la época en que la gente se esmera más por alcanzar la felicidad, y eso los vuelve un poco más amables.
Pero no, aunque todas las estaciones tengan algo lindo, yo me quedo con el otoño.
El otoño si me gusta tanto…
El otoño es mi estación favorita… por que las cosas que más me gustan combinan más en otoño, el chocolate va con las tonalidades de esta estación, ya sea frio o caliente, en otoño no me siento sola porque las hojitas me acompañan, el otoño tiene risas que no son fingidas, y caricias cálidas en las mejillas, los abrazos se sienten más suaves…
El otoño se va… Y ahora hace frio, 21 de Diciembre no llegues… No te lo lleves, que yo quiero salir a jugar…

11/05/2010

Quizá mañana me arrepienta…

El silencio pausado se va propagando poco a poco, y tú ya no sonríes al hablar, los días se vuelven cada vez más fríos… el invierno llega ya.

Comienzo a sentir como mi esencia se pierde poco a poco, como he dejado que el exterior me absorba casi por completo, (y no me gusta nada como me estoy sintiendo, y no me gusta nada como me estoy sintiendo).

De pronto un día te despiertas, sin ganas de salir de la cama, te miras al espejo y descubres que ya no eres tú, miras bien, no es mentira, no eres tú, entonces diriges la mirada a tus mismos ojos, y sigues buscando; te encuentras, muy indecisa, muy pequeña, casi del tamaño de un botón, y te preguntas como rescatarte.

El problema señoras y señores, es que nos han mentido, podría ahora mismo esperar a que llegue un príncipe azul a rescatarme, pero no, para conseguirlo solo basto yo.

Junté mis pinturitas, me pinté las uñas de colores, me puse a leer un cuentito, pero sobre todo (sobre todo) busqué muy en mi interior, rescaté mis ideas primarias, y puedo decir; he vuelto… sin ninguna influencia desafortunada, sin nada que me desagrade, me he rescatado.

Sólo me queda un problema que succionar, nunca sé cuando decir no, a veces no quiero, pero me ganan los demás, otras veces quiero, y me niego, he aprendido que a veces el instinto vale más que la razón, pero ignoro cuando son esas veces, y luego claro, me confundo… ¿Y si luego me arrepiento?