4/23/2010

Kawacachii.


Que el botón de ¨enter¨ se ha descompuesto en mis ganas desganadas de seguir adelante, de mi delirio constante, y las ansias que me quedan por seguir viviendo, cuando vivo en un sueño, que se desviste tan de prisa, cual si fuera brisa, quiere brincar.

Y luego la frenética constante, el ego des-variante, y la pereza pasajera, la angustia venidera, y la tranquilidad que no se cansa, que aguarda su momento, y luego se marcha cual fugaz estrella refulgente en una noche sin desvelos, cuando no llegan los recuerdos y el frio invade el cuerpo.

Más tarde la melancolía, que siempre anda sin prisa, y a veces se queda días, llega la felicidad, pero la melancolía sigue sin marcharse, que sensación tan extraña, que combinación tan… improbable, pero si ya sabes que viniendo de mi si es… posible.
Pero no quiero que esta noche haya pasajeros de mis bizarros sueños, quiero ser solo yo y las sombras, porque las sombras no hablan y viven de noche, porque en el día el cuerpo no las deja, porque en el día son poseídas, porque la noche es joven.

Y no quiero que llueva en los duraznos, porque se destruyen las hojitas, porque se pierden las flores, y no esparcen olores de gloriosa primavera de alegría venidera de solo verlos. Yo quiero tener fresas para cambiarlas por cerezas y llenarme de rojos, luego ver el cielo y comparar el color, y colocarlo en frasquitos para que no se pierda… para que no me olvide.

Sigo sin entender… la necesidad del presente, el hambre del derechohabiente, las ganas del limón por volver a ser flor porque no le gusta ser verde, y la confusión que persevera pero nunca alcanza, las manos sosas por el sol, la mordida de la discordia y las ganas de la envidia, que no mata pero como envenena… pero que necesidad.